La octava etapa del Dakar, de definiciones como pocas, finalmente se robó el protagonismo en los escritorios, donde el jurado de ASO le impuso una dura sanción de tres horas de penalización a Kevin Benavides (Honda), por llevar anotaciones extras en su moto y de una hora a Sam Sunderland (KTM), por alterar su iritrack para demorar de manera deliberada su largada del especial y de esta forma, evitar abrir el camino de la etapa.
En el caso de Kevin, el reglamento indica la imposibilidad de añadir notas al roadbook pero no es claro con respecto a otros lugares como la moto, la ropa o los mismos pilotos, de hecho varios de ellos tenían esta costumbre. Sin embargo, al término de la 7º etapa de apercibió a varios pilotos de esta práctica no aclarada en la letra chica del reglamento, aunque Benavides aclaró que la organización desestimó una penalización en ese momento, surgida de una presentación de KTM a través de imágenes recabadas en teoría por Toby Price (KTM) sobre la moto de Benavides. Cuando Kevin se dirigía a efectuar el reclamo por la devolución de 10 minutos que perdió ante un mal funcionamiento de su GPS en la 8º etapa, se encontró con la dura sanción de 3 horas que resulta inexplicable según la cronología de los hechos relatados por el salteño.
En el caso del británico, adujo problemas en su moto en el enlace para justificar su llegada tarde a la largada, aunque la organización dice haber detectado una alteración en su iritrack para que esto sucediera, cabe recordar que al ganar la 7º etapa, Sunderland debía abrir camino en la 8º con la consecuente perdida de tiempo
