Hemos escuchado y hasta a veces compartido e nefastas experiencias, de enduristas atrapados por trampas intencionalmente colocadas en los senderos, contra enduristas e incluso ciclistas off road, por gente sin escrúpulos ni sentido de la criminalidad, que quiere desalentar estas prácticas por variadas razones. El turno ahora le tocó al polaco Taddy Blazusiak, que se encontraba rodando en el norte de España, montando una Stark Varg eléctrica, recibiendo un alambre de púas en su rostro, cruzado sobre la senda de forma criminal e intencional. El supuesto odio de una minoría hacia los motociclistas, sigue vigente y en todo el mundo, incapaces de entender que con respeto y educación todo se puede compartir, pero aquí ya se habla de un acto criminal con todas las letras, ya que le produjo serias lesiones a Taddy e incluso, si ese alambre daba en el cuello, quizás hablaríamos de una tragedia. A un desquisiado capaz de este acto, quizás no se lo pueda corregir, el mensaje que debe bajar es de tolerancia hacia todo aquello que quizás no compartimos o comulgamos con el otro, mientras al endurista, reforzar lo importante que es endurear, siempre con respeto por el lugar y las personas, donde desarrollamos nuestra actividad.
Publico esto para que toda la comunidad todoterreno sepa que hay personas que son lo suficientemente inestables como para lastimar intencionalmente a otros solo porque odian las motocicletas. Esto es lo que me pasó a mí, mientras conducía por un sendero de camino a mi lugar de conducción el lunes 11 de noviembre, se me enganchó un cable que alguien colgó intencionalmente en el sendero. Afortunadamente, de alguna manera se me enganchó en un ángulo al salir de una esquina, así que me lo di en el hombro derecho y entre la mentonera del casco y las gafas. Si ese cable se hubiera deslizado desde la mentonera hasta mi cuello, lo más probable es que no estuviera escribiendo esta publicación. Todo bien por aquí. Me cosieron con una cirugía plástica, así que espero que los músculos de mi cara y la cicatriz estén bien. No puedo dejar de pensar en qué hubiera pasado si me hubiera dado en el cuello… No puedo entender cómo alguien podría hacerle algo así a otra persona.
Parece increíble esta nueva crónica sobre estos sucesos, hoy con lesiones sobre un piloto campeón del mundo, pero muchas veces no transciende por el anonimato del protagonista
